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José Ignacio Armentia, catedrático de periodismo e investigador principal del grupo MediaIker 

Jose Ignacio Armentia:"Llama la atención la gran cantidad de seguidores que tienen los nutricionistas en redes sociales en España"

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José Ignacio Armentia es catedrático de Periodismo en la Universidad del País Vasco e investigador principal del grupo MediaIker que centra su labor en el análisis de contenido y diseño de los medios escritos. Entre otras líneas de estudio, ha investigado junto con la Fundación Vasca para la Seguridad Agroalimentaria (ELIKA), cómo los medios de comunicación transmiten la información sobre nutrición y alimentación.

 

¿Ha habido un aumento de la información sobre nutrición y alimentación en los últimos años?

Los estudios que hemos realizado en los últimos años muestran un aumento del número de noticias sobre nutrición y alimentación. En un estudio realizado sobre cinco diarios de información general se concluyó que sólo durante el año 2018, el número de noticias sobre alimentación ascendió a 4930, de estas noticias, sólo sobre nutrición se publicaron 1177. Esto ilustra la atención que hay en estos momentos por parte de los medios  sobre las noticias sobre nutrición, alimentación, etc. Yo creo que es un ámbito que ha pasado a formar parte de la agenda de los medios, no tiene que pasar algo extraño, un suceso o una crisis alimentaria para que la alimentación tenga su presencia en los medios.

Imagen cedida por el investigador

¿A qué podría deberse esta irrupción de la alimentación y nutrición en los medios?

 

Dentro de un contexto mayor y al menos desde finales de los 80, hay una apuesta clara por parte de los medios de comunicación por lo que se ha llamado el periodismo de servicios. Se parte de que a la audiencia no sólo le interesan esos grandes temas políticos o económicos, si no que también le interesan los temas relativos a su bienestar cotidiano en temas como salud, alimentación, moda. Dentro de esa visión del periodismo se produce una retroalimentación: Se busca facilitar a las audiencias más temáticas relativas a su cotidianeidad, a una utilidad inmediata y cercana y, por otro lado, hay un mayor consumo de ese tipo de informaciones. Es fácil encontrarse con canales especializados en alimentación que al final han terminado convirtiéndose en una referencia en sí misma. El Comidista, por ejemplo, no es un canal solo de recetas. Si nos fijamos en los principales medios, raro es el que nos disponga de un ámbito especializado en nutrición y alimentación. Ahí, además, se incluye gastronomía, consejos de nutrición y alimentación saludable, etc., como "Comer" de lavanguardia.com, “Alimente", de elconfidencial.com, "Consumo claro" de eldiario.es, "Bienestar", de abc.es..., por citar solo algunos ejemplos. Las audiencias están preocupadas por seguir pautas de alimentación lo mejor posible.

Infografía creación propia.

Fuente: De qué habla la prensa cuando habla de nutrición

¿Cuál es el enfoque que más utilizan los medios cuando abordan estos temas?

 

En este estudio de 2018 observamos que el encuadre más frecuente fue el de soluciones y recomendaciones, es decir, recomendaciones para una mejor alimentación. Lo que nos llamó la atención es que el encuadre de responsabilidades fuera poco frecuente. Ya en un estudio previo sobre las noticias sobre obesidad nos sorprendió que no fuera el encuadre principal. Y, dentro de ese encuadre, lo que nos llamó la atención es que se ponía mucho el acento en la responsabilidad individual- en el caso de la obesidad. El individuo como principal culpable de la obesidad y en el caso de la obesidad infantil, los padres, dejando en un segundo término, una posible responsabilidad institucional, de la información que se recibe.

¿Cumplen los medios con su función de servicio público con respecto a la precisión de la información?

 Desde luego, teniendo en cuenta los datos del estudio que hicimos en 2017, si consideramos que el encuadre de recomendaciones y soluciones fue el principal, sí podemos afirmar que los medios cumplen con una de las funciones clásicas del periodismo que es la de formar, en el sentido de formación educativa. De hecho, cada vez hay más colaboraciones con expertos nutricionistas y sanitarios que aparecen como fuentes de información. Pero luego te encuentras con casos curiosos. Por ejemplo, analizamos durante el primer estado de alarma

Infografía creación propia.

Fuente: How the Spanish Frames Obesity

del covid-19 el tipo de información sobre alimentación que ofrecieron los canales y blogs de alimentación de los medios de comunicación y vimos que se producía una contradicción: Por un lado, se daba mucha información sobre qué comer durante el confinamiento teniendo en cuenta la falta de ejercicio y de movimiento, pero, al mismo tiempo, se produjo un boom de recetas de repostería. Se producía una pequeña contradicción: al tiempo que se transmite a los lectores cuál es la forma más sana de alimentarte, se daban todas estas recetas y un buen número de ellas eran postres... O incluso en otra investigación detectamos, en un medio en concreto, que en un lapso de tres meses se hacían eco de dos estudios sobre los perjuicios de la ingesta de alcohol y de los supuestos beneficios del consumo moderado del mismo. Y ambas informaciones aludían a estudios científicos.

¿Cree que se difunde información "poco científica"?

En las informaciones sobre pautas de alimentación, si analizamos a las fuentes que se citan, sí que hay una importancia grande de las fuentes científicas, científico-médicas, nutricionistas y que sí que esas fuentes tienen su importancia. Las fuentes de referencia siguen siendo de expertos. Otra cosa es que, a veces, estudiando los propios mensajes de estas fuentes expertas, no todas digan lo mismo. Lo saludable o no saludable de un alimento o un hábito alimentario... en ese estudio de 2017 sí que había bastante información sobre todo tipo de dietas, dietas que el lector tampoco sabe muy bien hasta dónde pueden ser beneficiosas.

 

¿Esta contradicción puede ser fuente de confusión para los lectores?

El lector medio de un periódico no tiene por qué ser un experto en literatura científica, y ahí sí que hay que apelar a la responsabilidad de los medios: es el periodista en el que confía el lector, y tiene que contrastar esa información y dejar claro quién está detrás de un determinado estudio, dónde se ha publicado, quién lo ha financiado, etc. Yo creo que ahora, aparte de los medios de comunicación, hay una serie de nutricionistas de referencia especialmente seguidos en España, que participan en diferentes programas en los medios de comunicación o en secciones de diarios de información general, que tienen sus blogs, que son especialmente activos en redes sociales... es decir, un lector de prensa además del medio por el que se informe dispone hoy en día de una serie de canales muy sencilla vía blogs o vía redes sociales para tener acceso a estudios publicados en revistas científicas donde sí puede tener información nutricional.

 




 

 

 

¿Ha mejorado la especialización?

Así como cada vez se tiende más a recurrir a fuentes y colaboradores especializados, sobre todo en el ámbito de la dietética y la nutrición, si por especialización, entendemos lo primero el número de las firmas, la ratio sale aún muy baja. Hay mucha gente escribiendo sobre alimentación en los medios generalistas, lo que nos llevaba a concluir que el grado de especialización es bajo, ya que el número de noticias por firma era bastante reducido. Pero sí que es verdad que empiezan a verse firmas especializadas en temas de alimentación. Creo que en los próximos años sí que puede consolidarse esa figura de periodista especializado, no hablo de expertos en nutrición que colaboren con medios, sino periodistas especializados en el tema..

 

¿Cómo ha influido en el panorama mediático de la alimentación la irrupción de los nutricionistas influencers?

Lo que nos ha llamado la atención es la gran cantidad de seguidores que tienen los nutricionistas en sus redes sociales en España. Algunos incluso no sé si son celebrities..., está claro que hay una preocupación por informarse sobre la salud al margen de los canales clásicos de medios generalistas. Yo creo que una de las ventajas del no ya tan nuevo panorama mediático es que el público dispone de canales especializados para comprobar algún artículo o información que le chirríe un poco sin tener que hacer búsquedas especializadas en bases de datos científicas como Scopus o similares. Hoy es relativamente fácil informarse sobre nutrición en canales especializados. Además, en una investigación sobre el uso de las redes sociales sobre temas de nutrición en España en la que analizamos a los 10 nutricionistas con mayor impacto y compromiso en las redes sociales, observamos que en este tipo de perfiles son muy recurrentes los mensajes críticos sobre la fiabilidad de ciertos estudios e informaciones.

 

¿Somos optimistas?

Si, es un ámbito que va a más y sobre el que cada vez se va a ofrecer una información de mayor calidad. Y cada vez va a haber una mayor distinción entre la información sobre nutrición, por una parte, y la gastronomía, por otro lado. Hoy todavía aparece todo en el mismo bloque y te encuentras al mismo tiempo consejos nutricionales para el confinamiento saludable y recetas de tartas, torrijas, etc. Son bloques muy vecinos...  

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El lector medio de un periódico no tiene por qué ser un experto en literatura científica, y ahí sí que hay que apelar a la responsabilidad de los medios: es el periodista en el que confía el lector, y tiene que contrastar esa información y dejar claro quién está detrás de un determinado estudio, dónde se ha publicado, quién lo ha financiado.

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